miércoles, 26 de octubre de 2011

"La Casa de al Lado" abre sus puertas

Este miércoles 26 de octubre a las 10 de la noche Televen estrena una producción de Telemundo llena de suspenso “La Casa de al Lado”.

Este remake de la teleserie chilena “La Familia de al Lado” está protagonizada por Maritza Rodríguez, Miguel Varoni, Catherine Siachoque y Gabriel Porras.

Narra la historia de dos familias que comparten vicios privados y virtudes públicas. Familias normales, dispuestas a todo con tal de mantener las apariencias y esconder, bajo la alfombra, sus peores secretos y miserias.

Los Conde Spencer han vivido muchos años en perfecta armonía. Sus múltiples negocios marchan espléndidamente bien, los tres hijos: Ignacia (Catherine Siachoque), Carola (Ximena Duque) y Emilio (Gabriel Valenzuela) tienen sus propios mundos, pero siguen viviendo bajo el mismo techo que sus padres. Renato (Daniel Lugo) y Eva (Felicia Mercado) parecen no aflojar nunca el control sobre todo lo que los rodea, a pesar de las ocasionales tragedias que los asolan, como la confusa e inesperada muerte de Adolfo (David Chocarro), el marido de Ignacia.

Junto a ellos, en la casa de al lado, habitan los Ruíz Arismendi, un matrimonio joven con dos hijos, que también parece haber sido bendecido con una existencia plácida y exitosa. Los padres, Javier (Miguel Varoni) y Pilar (Maritza Rodríguez), son el ejemplo de una pareja bien avenida y cariñosa.

Todo cambia cuando Ignacia conoce a Gonzalo, socio de Javier. Gonzalo parece ser el hombre perfecto. El noviazgo es breve y antes que nadie pueda imaginarlo, él ya está proponiéndole matrimonio. La boda se lleva a cabo en la misma mansión de los Conde Spencer. Es ahí cuando Gonzalo se entera que Leonardo (David Chocarro), el hermano gemelo de Adolfo, vive con ellos. Leonardo tiene algunos impedimentos físicos, se desplaza en silla de ruedas y tiene dificultades para hablar. Cuando Gonzalo quiere conocerlo, se encuentra con la férrea oposición de su suegra.

Es en su propio matrimonio que Gonzalo conoce a Pilar, no puede dejar de admirar su belleza, es una mujer luminosa, dulce y cariñosa. Se entera de que es psicóloga y que ella misma trató a Leonardo después de la muerte de su hermano. Gonzalo nota cómo todos se tensan ante la sola mención de Leonardo, y la intriga se instala en su mente.

Gonzalo es abordado por el viejo jardinero, quien le suplica, muy asustado, que se vaya lo antes posible, pues cosas malas pasan al interior de esa casa, la familia a la que ha llegado no es lo que aparenta. El horror de Gonzalo es enorme cuando, al día siguiente, se entera de que el viejo jardinero fue encontrado muerto.

Él decide comenzar a investigar. Hay algo en la fragilidad de su esposa que lo asusta; hay algo en la dureza de su suegra que lo aterra; y hay algo en Leonardo que lo intriga. Decidido, comienza a hurgar entre los papeles de Ignacia y encuentra cartas, diarios de vida y recortes de prensa, todos relacionados con la muerte de Adolfo, así descubre que lo que se supone que fue un accidente, fue un crimen.

Gonzalo recurre a Pilar para conseguir más información, de esta manera, ambos encontrarán en el otro un apoyo y una oreja para compartir sus preocupaciones y dudas.

Javier comenzará a mostrar su desagrado frente a esta nueva amistad. Utilizará la relación de compañeros de trabajo que tiene con Gonzalo, para manipular la situación y alejarlo de Pilar. Sus celos irán poco a poco saliendo a la superficie, y, junto con ellos, surgirán secretos que nadie nunca hubiera querido conocer. Toda esa máscara de hombre perfecto se caerá de golpe para dar paso a la imagen de un ser egoísta, peligroso y violentamente agresivo.

Gonzalo está seguro de que una de las personas que lo rodea fue responsable de la muerte de Adolfo. Empieza a sentir la presión de los Conde Spencer por sus intromisiones y por escarbar en el pasado. Su relación con Pilar que cada día se hace más estrecha y más confusa. ¿Acaso se está enamorado de ella? Tiene que confesarse que se muere de ganas de besarla, y cuando lo hace, ambos saben que se han metido en un lío del cual les será muy difícil escapar.

Cuando su vida se ha convertido en un verdadero huracán, alguien empieza a acosar a Ignacia con mensajes, llamadas telefónicas y actos de vandalismo, que simulan ser realizados por el mismísimo Adolfo. Gonzalo decide profanar su tumba y ver qué se esconde bajo aquella elegante lápida. ¿Llegará a poder hacerlo?

En La Casa de al lado ya nadie podrá saber quién miente, quién dice la verdad, quiénes son los buenos, quiénes los villanos, en quién se puede realmente confiar o quiénes son de temer.

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